26 de marzo de 2024
Los alumnos del MBA de IESE han visitaron ayer las oficinas de Solaria para conocer de cerca la compañía – líder en generación de energía solar fotovoltaica en Europa -, sus proyectos, sus planes de expansión internacional y las tendencias del sector. David Redoli, director de Relaciones Institucionales de Solaria, compartió con ellos la historia de la compañía, desde su nacimiento en 2002, como fabricante de módulos solares, hasta la actualidad, como generador de energía solar fotovoltaica, con un portfolio de 18,9 GW para 2030.
David Redoli explicó que es innegable que de la energía se derivan muchos de nuestros actuales problemas económicos (por el alto precio de los combustibles fósiles, que generan inflación), medioambientales (por la quema de los altamente contaminantes gas y petróleo) y geopolíticos (por la dependencia energética que hemos establecido de potencias extranjeras, algo que erosiona nuestra seguridad nacional). En este contexto, España puede convertirse en una gran fortaleza para la Unión Europea, erigiéndose como potencia mundial en producción de energías renovables. El objetivo: proporcionar a los ciudadanos españoles y europeos electricidad segura, limpia, barata y autóctona. Podemos hacerlo, además, basándonos en una estrategia nacional que pivote en torno a una tecnología con un potencial inmenso en España: la energía solar fotovoltaica. Por tres sencillas razones: porque somos ricos en radiación solar, con unas 3.000 horas anuales promedio (un elemento infinito que proporciona la naturaleza), porque tenemos abundante suelo para ubicar las plantas y porque contamos con empresas punteras capaces de realizar esta tarea. De esta manera, la electricidad será una de nuestras principales fuentes de exportación, de atracción de empresas y de consolidación del tejido industrial español, generando riqueza y competitividad (siendo, además, la gran aliada de la lucha contra el cambio climático y del hidrógeno verde, ya que su producción se realizará con energía solar, principalmente).
Asimismo, Redoli hizo hincapié en la necesidad de triplicar las interconexiones eléctricas con Europa. “Las interconexiones son un vector clave para la creación de un auténtico mercado eléctrico europeo y para alcanzar los objetivos de descarbonización y electrificación. Si la península ibérica no aumenta rápidamente su capacidad de interconexión eléctrica con Francia, las ventajas de las energías renovables no se podrán extender a Europa, y seguirán siendo un recurso de mercados locales o nacionales” afirmó. En estos momentos la interconexión eléctrica actual entre España y Francia supone alrededor de un 4% de la capacidad de producción instalada de electricidad (2.8 GW). El objetivo de España debería ser elevar la capacidad de interconexión hasta los 15 GW antes de 2035 para poder exportar, al menos, entre el 15% y el 20% de la capacidad de producción instalada actualmente.
El director de Relaciones Institucionales de Solaria les explicó a los alumnos del MBA del IESE que el nuevo Plan Nacional Integrado de Energía y Clima (PNIEC) 2021-2030 propuesto por el Ministerio para la Transición Ecológica y el Reto Demográfico apunta en la buena dirección. Pero debe ser una cuestión de Estado pasar de las propuestas a los hechos, a gran velocidad (en esta materia, los tiempos son clave). Un irrenunciable pacto de Estado construido sobre la base de que la economía verde no es ideología, sino necesidad económica, social y medioambiental. En 2030 España debería tener una potencia total instalada en el sector eléctrico de 214 GW, de los que 76 GW tendrán que ser de energía solar fotovoltaica (incluyendo 19 GW de autoconsumo). Para lograr estos objetivos, será necesario movilizar una inversión cercana a los 300.000 millones de euros, procedentes tanto del sector privado como del sector público, con el imprescindible impulso de Bruselas. España puede y debe llegar a un 50% de energías renovables sobre el uso final de la energía y alcanzar el 81% de energía renovable en la generación eléctrica.